domingo, 11 de diciembre de 2011

Aludes, la pesadilla del esquiador

Este año ya hemos recibido la primera trágica noticia: la muerte de un niño de seis años, en la estación de esquí Suiza de Saas-Fee. El culpable: una avalancha de nieve. Su monitora logró sobrevivir gracias a que quedó semienterrada y los servicios de emergencia lograron sacarla a tiempo.
Los aludes de nieve son la mayor causa de mortalidad en Alta Montaña. En Francia de los 432 accidentes por alud registrados, 173 accidentes fueron mortales, casi la mitad de ellos. Cuando llega el invierno y se cubren las montañas de nieve, miles de esquiadores y montañeros acuden a practicar los deportes de invierno. Algunos se aventuran más allá de las pistas arriesgándose a ser enterrado bajo metros de nieve. Todos los años hay fallecidos.
Y es que desde 1970 se han producido más de 120 muertos por avalanchas, de los cuales casi la mitad fueron en el Pirineo de Huesca. El suceso más grave ocurrió cuando un alud se desprendió sobre una columna de experimentados militares en Tuca de Paderna en Huesca. El trágico balance fue de nueve muertos. Durante el fin de semana se producen más accidentes porque es cuando los deportistas acuden a la montaña. El esquí de travesía es el deporte más castigado seguido del alpinismo y los esquiadores fuera de pista. Demasiados se aventuran sin tener la mínima experiencia y conocimiento de los peligros que esconde la montaña bajo sus pies.
Un fenómeno extraño.
Hoy en día se dispone de multitud de medios y estudios sobre las avalanchas pero aun así, sigue siendo un fenómeno extraño e impredecible. Los expertos la consideran lotería desafortunada. A muchos de ellos les tocó cuando menos se lo esperaban. Su complejidad radica en la multitud de factores que intervienen en su formación. Por definición se producen cuando existe una gran cantidad de nieve acumulada y esta se derrumba hacia abajo de una ladera llevándose todo lo que encuentran a su paso. Todavía queda en Ordesa la cicatriz de una avalancha que arrastró piedras como coches y árboles de más de cuarenta años.

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